El amor y pasión por la moda han llevado a Jacqueline Vreux Leslie (Panamá, febrero de 1972) a luchar contra viento y marea para cumplir su mayor sueño: ser diseñadora. Cuenta que desde temprana edad confeccionaba vestidos para ella y para sus muñecas. Empezó formalmente en la industria en 2015. Luego comenzó a exponer sus piezas en ferias y pasarelas.

Para Vreux, el mundo de la moda está lleno de obstáculos a los que ha sabido enfrentarse. “Los retos van desde vestir cuerpos totalmente diferentes en cada una de las modelos hasta encontrar el reconocimiento y apoyo de las personas”.

La diseñadora asegura que desafortunadamente en Panamá todavía no se considera que es posible vivir de la moda, el arte y la cultura. “Es una profesión como cualquier otra”, dijo. Igualmente refleja su preocupación cuando habla de posicionar las piezas en el mercado: “muchas veces es difícil. Ojalá las compañías privadas e instituciones gubernamentales brinden más apoyo para el artesano y el artista local”.

El trabajo de la creativa istmeña se basa en la confección de vestuarios en los que plasma estampados con pinturas en acrílico, representando a través de dibujos, formas que rinden tributo a la cultura típica y afrodescendiente.

Vreux comenta que le encanta fusionar el pincel con la moda porque lo considera “un arte en movimiento” y añade que la idea es mostrar en sus pasarelas una galería andante con atuendos únicos.

Para la diseñadora resaltar la cultura local es lo primero. “Amo las costumbres panameñas. Este suelo fue el que me vio nacer. Hay tantas bellezas que me inspiran a plasmarlas en todas las piezas que elaboro, ya sea de vestuario o decoración”, comenta.

Al referirse al trabajo que destaca la cultura afro, enfatiza que “la mujer negra es fuente de inspiración, fuerza, resistencia y valor. Me gusta pintar damas mostrando orgullosas sus ‘coronas naturales’”, afros y luciendo turbantes coloridos.