Una gran retrospectiva sobre Wifredo Lam en el Centro Pompidou de París aspira a liberar la mirada sobre la obra del artista cubano, a menudo encasillada bajo las etiquetas del surrealismo o la influencia africana.

Más de 400 obras —pinturas, dibujos, fotografías, además de revistas y libros— integran esta muestra que abre  mañana miércoles 30 de septiembre hasta el 15 de febrero de 2016, antes de ser presentada en el Reina Sofía de Madrid (12 de abril-15 de agosto) y la Tate Modern de Londres (14 de septiembre 2016 al 8 de enero).

‘A través de la selección de obras y de su disposición en el espacio, nos propusimos poner en evidencia sus desarrollos complejos y salir de los clichés centro-periferia, América Latina, Picasso y surrealismo’, explicó a la AFP la curadora de la exposición Catherine David, directora adjunta del Museo de arte moderno de París.

La vida del artista cubano nacido en Sagua La Grande en 1902 y fallecido en París en 1982 fue un constante viaje entre el Caribe, América Latina y Europa.

Hijo de un inmigrante chino y una madre descendiente de africanos y españoles, Lam estudió arte en Madrid en los años 1920 y tomó partido por los republicanos durante la guerra civil, antes de trasladarse a París en 1938, donde conoció a Pablo Picasso.

De la mano del maestro español entró en contacto con los surrealistas y con el escritor Michel Leiris, que lo inicia al arte africano, muy presente en su obra.

La retrospectiva insiste en la variedad de influencias y en la complejidad de una obra que ocupa un lugar especial en la historia del arte moderno occidental, evitando caer en los estereotipos.