Jóvenes enmascarados desmontaron tres monumentos comunistas, suscitando la indignación de los prorrusos en Ucrania, cuyo gobierno trata de desembarazarse de su pasado soviético, con la crisis con Rusia como telón de fondo.

Los monumentos, erigidos en homenaje a dirigentes comunistas, fueron desmontados durante la madrugada del sábado en Jarkov, principal ciudad industrial del este de Ucrania de mayoría rusa, tres días luego de la adopción de una ley para ‘desovietizar’ el país.

La ley, que prohíbe ‘la propaganda comunista y nazi’, así como los símbolos de estas dos ideologías, fue aprobada por el parlamento ucraniano ante la indignación de Moscú.

La policía de Jarkov, capital de la región que marca el comienzo de las zonas separatistas prorrusas de Donetsk y Lugansk, ha abierto una investigación por ‘violencia deliberada’.

Guennadi Kernes, alcalde prorruso de esta ciudad de 1,4 millones de habitantes, criticó la falta de reacción de la policía ante un ‘acto de vandalismo’: los agentes habrían asistido sin intervenir al desmontaje de uno de los monumentos.