El Grupo Abril, una de las principales editoras de revistas de Brasil, fue adquirido por el empresario brasileño Fábio Carvalho, un abogado especializado en la reestructuración de empresas en dificultad, según un comunicado distribuido este jueves a los funcionarios de la firma.

Según los medios, los compradores asumen las voluminosas deudas del grupo, evaluadas en 1.600 millones de reales (421 millones de dólares al cambio actual).

El Grupo Abril, hasta ahora propiedad de la familia Civita, se encuentra en proceso de recuperación judicial desde agosto.

La venta depende de la aprobación de la instancia reguladora nacional, y la previsión es que se concluya en febrero de 2019.

Abril edita reconocidas revistas de política, estilo de vida, deportes y economía, varias de las cuales fueron eliminadas en los últimos meses, derivando en cortes de personal que afectaron a centenas de empleados.

Tres bancos son los principales acreedores de la deuda. El Grupo Abril había propuesto en su plano de recuperación el pago de apenas el 8% de lo endeudado, con plazos de hasta 18 años.

“La historia del Grupo Abril está íntimamente relacionada con los grandes eventos políticos y económicos que marcaron la historia de Brasil en las últimas décadas. La capacidad e importancia periodística del Grupo es innegable”, dijo Carvalho en un comunicado divulgado tras el anuncio.

El Grupo Abril fue fundado en 1950 por Victor Civita, un inmigrante italiano que había llegado con su familia a Brasil poco tiempo antes. Tras la muerte del patriarca de la familia en 1990, su hijo Roberto Civita asumió las riendas de la editorial. En 2013, cuando Roberto falleció, su hijo Giancarlo Civita heredó el mando. Fue sustituido en marzo de este año por Marcos Haaland, actual presidente del Grupo.

“Con la venta del Grupo Abril a Fábio Carvalho, la familia Civita le delega la tarea de administrar los desafíos y las oportunidades que están en el horizonte de la nueva prensa. Fábio reúne las características de emprendedor y la visión de negocios que los nuevos tiempos exigen. Le deseamos mucho éxito”, dijo Giancarlo Civita en un comunicado.

En agosto, el Grupo Abril justificó su pedido de recuperación judicial argumentando “la profunda transformación tecnológica que afectó fuertemente las empresas mediáticas en Brasil y en el mundo, con impacto en la circulación de revistas y en los ingresos publicitarios”.

Este año el sector editorial sufrió otros golpes en Brasil. Las dos principales cadenas de librerías del país, Cultura y Saraiva, solicitaron también pedidos de recuperación judicial. En marzo, Laselva, librería con fuerte presencia en los aeropuertos, también cerró sus puertas luego de que la justicia decretara su quiebra.