Por primera vez desde finales de octubre de 2001, los estadounidenses están legalmente capacitados para llamar por teléfono a quien quieran sin que los números desde los que marcan, los números a los que llaman, y la duración de las llamadas  sean almacenados por la Agencia de Seguridad Nacional  (NSA, según sus siglas en inglés). Eso es lo que se llama metadatos, y es, más o menos, el equivalente de que el Gobierno de ese país mirara todos los sobres puestos en el correo para ver el remitente y el destinatario, la fecha en la que la carta fue matasellada y el peso del documento, pero sin entrar a leer su contenido.

Es el mayor cambio en la política de recolección de datos que Washington lanzó tras los atentados del 11-S. Se trata de una política que fue expuesta hace dos años por el ex espía  Edward Snowden . Claro que esas revelaciones de Snowden ya habían sido anticipadas en diciembre de 2005 por ‘The New York Times’, en un artículo titulado ‘Bush permite a los espías de EEUU espiar sin autorización judicial a las personas que hacen llamadas’. Los autores del artículo,Eric Lichtblau y James Risen, ganaron el Premio Pulitzer en 2006.

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