El gobierno de Donald Trump activará desde el 2 de mayo una norma que permite demandar en tribunales estadounidenses a empresas extranjeras presentes en Cuba que gestionan bienes confiscados tras la revolución, anunció este miércoles el secretario de Estado, Mike Pompeo.
“Cualquier persona o empresa que tenga negocios en Cuba debe prestar atención a este anuncio”, dijo Pompeo a la prensa.
La subsecretaria del Departamento de Estado para el Hemisferio Occidental, Kimberly Breier, agregó que no habrá exenciones. Según aclaró, Estados Unidos ha estado en contacto cercano con sus aliados durante el proceso de definiciones sobre esta sección de la ley que se mantenía inactiva desde hace dos décadas.
La Unión Europea, principal socio comercial de Cuba desde 2017, se perfila como uno de los afectados por esta medida, que genera incertidumbre sobre la posibilidad de que la Organización Mundial de Comercio (OMC) sea inundada de querellas.
La sección de la norma que data de 1996 permite iniciar acciones ante la justicia estadounidense contra las empresas que registren ganancias gracias a activos que hayan sido nacionalizados después de la revolución de 1959.
El consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, dijo en Twitter que “Estados Unidos va a seguir tomando acciones duras contra los REGÍMENES que apoyan la fallida dictadura de Maduro”.
“El gobierno va a seguir rompiendo los vínculos reprehensibles que han contribuido al declive de Venezuela”, advirtió Bolton.
Cuba, que sufre un embargo estadounidense desde 1962, es acusada por Washington de apoyar a Maduro, cuyo gobierno no ha sido reconocido por Estados Unidos, que apoya al líder opositor Juan Guaidó, jefe del Parlamento autoproclamado presidente interino de Venezuela.
Estados Unidos encabeza la presión internacional para sacar a Maduro del poder y ha aplicado sanciones financieras y petroleras contra la colapsada economía venezolana. En el marco de estas sanciones, ha penalizado también a empresas que llevaban crudo venezolano a la isla.
El vínculo entre Cuba y Washington se deterioró aún más desde la llegada a la Casa Blanca de Bolton, quien ya había anunciado antes “acciones directas” contra lo que denominó la “troika de la tiranía”, integrada por Cuba, Nicaragua y Venezuela.