AFP – Los disparos esporádicos hacían eco el lunes en las desiertas calles de Puerto Príncipe, mientras el gobierno permanecía en silencio ante las protestas que paralizan la capital haitiana y que han provocado un aumento generalizado de la violencia.
Las calles, usualmente colapsadas por el tráfico, se veían vacías luego del cierre de escuelas, tiendas y oficinas municipales por temor a que aumente la violencia que ha dejado varios muertos y sembrado la incertidumbre en torno al gobierno del presidente Jovenel Moise.
Barricadas han aparecido en algunas áreas de la capital y otras ciudades, a medida que los manifestantes han tomado las calles demandando la renuncia del presidente tras informes de mala administración y posible malversación de fondos en la empobrecida nación caribeña.
Después de un tranquilo pero tenso comienzo de día, cientos de jóvenes de los barrios más pobres de la capital marcharon hacia Petionville, la zona más rica de Puerto Príncipe, arrojando piedras a las casas hasta que la policía lanzó gases lacrimógenos para detenerlos.
La policía también frustró un intento de ataque a un banco, arrastrando a varios sospechosos cubiertos de sangre y haciendo al menos cinco arrestos, según un reportero de la AFP en el lugar.
Desde que la oposición organizó manifestaciones generalizadas la semana pasada, al cumplirse dos años de la presidencia de Moise, han estallado protestas espontáneas en centros urbanos clave.
En algunos lugares, hombres jóvenes levantaron barricadas y capturaron a transeúntes para pedir rescate, mientras que vehículos fueron incendiados y tiendas dañadas y saqueadas.
Aprovechando el caos, se produjeron algunos saqueos el lunes, pero los comerciantes fustigaron únicamente al presidente.
“Lo que estamos soportando hoy es debido a Jovenel (Moise)… Tienen hambre”, comentó Joseph, cuyo stock de pescado estaba totalmente agotado, luego que robaran su mercadería.
“Al vender lo que me quitaron podrán aliviar un poco a sus familias. No tenemos buenos líderes: si hubiera trabajo en el país, esto nunca habría sucedido”, dijo.
Luego, asociaciones del sector privado que había un “legítima ira popular que lamentablemente está mal dirigida hacia empresas que crean puestos de trabajo”.
Los obispos católicos, en tanto, apelaron a “la consciencia cívica de los diferentes partidos” para tomar “una decisión patriótica”.
– Pedidos de renuncia –
Los manifestantes exigen a Moise que renuncie por un escándalo centrado en el fondo Petrocaribe, bajo el cual Venezuela suministró petróleo a Haití y otros países caribeños y de Centroamérica a precios reducidos y en condiciones crediticias favorables durante años. Investigaciones han revelado que al menos 2.000 millones de dólares del programa fueron malversados.
Además, un informe divulgado en enero incluyó a una compañía que fue liderada por Moise como una de las beneficiarias de fondos para el proyecto de construcción de una carretera, para el que nunca se firmó contrato.
Durante su campaña electoral, Moise prometió “comida en cada plato y dinero en cada bolsillo”. Sin embargo, la mayoría de los haitianos todavía lucha por sobrevivir y enfrentar la inflación, de 15% desde la elección.
“Le pedimos a la policía que arreste a Jovenel Moise porque representa un peligro y una amenaza para la vida de cada haitiano”, dijo André Michel, uno de los principales líderes opositores.
“Ya no tiene legitimidad: el país permanecerá en punto muerto hasta que Jovenel Moise renuncie”, dijo.
– Grupo de mediación –
Un grupo de mediación compuesto por un alto funcionario de la ONU, los embajadores de Francia, Alemania, Brasil, Canadá y Estados Unidos, y representantes de España, la Unión Europea y la OEA, hicieron un llamado a los políticos haitianos para iniciar un diálogo y lamentaron la pérdida de vidas y los daños causados por las protestas.
El Departamento de Estado de Estados Unidos manifestó a su vez preocupación por su personal diplomático.
“La seguridad y protección de nuestro personal y sus familias es nuestra principal prioridad. Estamos monitoreando la situación en tiempo real, las 24 horas del día, los siete días de la semana”, señaló un portavoz de la diplomacia estadounidense.
“Estamos preparados para hacer las cosas que debemos hacer para asegurarnos de mantener a nuestra gente a salvo”.
La policía reportó el jueves dos muertos; el sábado en Puerto Príncipe un periodista de AFP constató la muerte de un adolescente durante una protesta y otra persona fue reportada como fallecida en el sur del país el domingo.
La administración permanece en silencio ante los disturbios de los últimos cinco días. Solo el secretario de Estado para la Comunicación, Eddy Jackson Alexis, emitió una breve declaración el lunes en Twitter.
“El gobierno reconoce el derecho de toda persona a demostrar y ejercer sus derechos de acuerdo con la ley, pero el saqueo de tiendas, el bloqueo de calles, la quema de neumáticos, el destrozo de ventanas de automóviles o el lanzamiento de combustible en la carretera no entran en esa categoría”, dijo.