Su Santidad el Papa Francisco, en su segunda Misa oficiada en la Casa Santa Marta, el martes, 10 de marzo, exhortó a los sacerdotes a que salgan y lleven la Eucaristía a los enfermos; este es el nuevo aliento para los trabajadores de la salud que luchan contra el COVID-19 y las oraciones por los enfermos.
Exhorta el Papa Francisco, “recemos al Señor también por nuestros sacerdotes, para que tengan el coraje de salir y acudir a los enfermos, llevando la fuerza de la Palabra de Dios y la Eucaristía y acompañen a los trabajadores sanitarios, los voluntarios, en este trabajo que están haciendo”.
Esta segunda misa comenzó en el silencio total de la capilla. Un silencio que el Sucesor de Pedro, rompe inmediatamente recordando, como ayer, que la ofrenda de la celebración es para los que sufren del Coronavirus y para los que curan a los enfermos.
La homilía se inspira en el Evangelio en el que los escribas y fariseos de la época hacían una demostración hipócrita de su superioridad ante la gente llamándose a sí mismos maestros, pero negándose a comportarse de forma coherente…
La vanidad es precisamente el lugar para cerrarse a la llamada del Señor. En cambio, la invitación del Señor es la de un padre, de un hermano: “¡Ven! Hablemos, hablemos. Al final soy capaz de cambiar tu vida del rojo al blanco”, expresó Su Santidad Bergoglio.
Que esta palabra del Señor nos anime; que nuestra oración sea una verdadera oración. De nuestra realidad, de nuestros pecados, de nuestras miserias. Hablar con el Señor. Él sabe, Él sabe lo que somos. Lo sabemos, pero la vanidad siempre nos invita a cubrirnos. Que el Señor nos ayude, señaló el Papa Francisco.
Fuente: Arquidiócesis de Panamá