Acompañado por el encargado de los viajes del Papa, el sacerdote colombiano Mauricio Rueda, Francisco saludó luego a algunas de las personas y voluntarios que sirven en la casa hogar, donde brindan tratamiento a doce hombres y seis mujeres de manera gratuita. También estaban presentes representantes de otros centros de ayuda para personas sin recursos económicos.

En su discurso, el Papa exhortó a los fieles a no ser indiferentes con el prójimo, especialmente cuando tiene alguna necesidad, para ser siempre como el buen samaritano que ayuda a los más necesitados.

Luego el Santo Padre dirigió el rezo del Ángelus.

Posteriormente recordó que hoy se celebra el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto. “Necesitamos mantener vivo el recuerdo del pasado, de las tragedias pasadas, y aprender de las páginas negras de la historia para no volver a cometer nunca más los mismos errores”, expresó.

El Papa también elevó sus oraciones por las víctimas de las tragedias ocurridas en el estado de Hidalgo en México, y el viernes en el estado brasileño de Minas Gerais donde una represa colapsó y dejó varios muertos y cientos de desaparecidos.

El Pontífice también se refirió a la crisis de Venezuela y alentó a buscar una solución pacífica. Además elevó sus oraciones por el atentado de este domingo contra una catedral en Filipinas y recordó a los fallecidos en el ataque del ELN contra una escuela de cadetes en Colombia.

Francisco recibió luego una serie de regalos de las personas atendidas en distintos centros de ayuda.

Antes de despedirse, el Papa dijo: “Nuevamente les agradezco lo que están haciendo aquí. Es grande, es muy bello. Que Dios los bendiga y recen por mí”.

La Oficina de Prensa del Vaticano informó que el Santo Padre dejó como obsequio a la Casa Hogar una imagen de Jesús el Buen Pastor, que fue confeccionada teniendo como modelo una imagen similar que se encuentra en los Museos Vaticanos.