El potente tifón Hagibis, esperado este fin de semana en Tokio y su periferia, ya tuvo sus primeros efectos, con la anulación de los partidos Inglaterra-Francia y Nueva Zelanda-Italia del Mundial de rugby, que debían disputarse el sábado en Yokohama y Toyota.
“Hemos decidido anular algunos partidos basándonos en las últimas previsiones meteorológicas que hemos conocido este jueves por la mañana”, anunció este jueves Alan Gilpin, el director del Mundial.
“Lo lamentamos mucho, pero hemos tomado la buena decisión, ya que la seguridad es nuestra prioridad número uno”, declaró Gilpin.
El director del torneo añadió que los partidos del domingo, entre ellos el decisivo encuentro del Grupo A que deben jugar en Yokohama las selecciones de Japón y Escocia, se mantienen por el momento, aunque su caso podría ser revisado.
Escocia es tercero del Grupo A detrás de Japón e Irlanda, y una eventual victoria ante el equipo local lo clasificaba a cuartos de final, por lo que sería el equipo más damnificado.
“Continuamos revisando los partidos del domingo y haciendo el máximo esfuerzo para asegurar que se jueguen”, dijo Gilpin en relación a esos encuentros mantenidos.
Las reacciones de los equipos afectados fueron diversas, desde la frustración y decepción de los italianos, a la buena acogida de los ingleses.
“He visto la reacción de los jugadores tras el entrenamiento y fue horrible, estos chicos han dado su vida por el rugby italiano y la Copa del Mundo ha terminado en un campo de entrenamiento en lugar de en el estadio”, declaró el seleccionador de Italia, Conor O’Shea.
Su reacción contrastó con la del seleccionador de Inglaterra, Eddie Jones, que piensa que la anulación de una semana más de descanso a su equipo.
“¿Quién habría pensado que tendríamos dos partidos relativamente fáciles (contra Tonga y Estados Unidos), uno duro (contra Argentina) y dos semanas para preparar el partido de cuartos de final?”, señaló el técnico.
Hagibis está catalogado como “violento”, la calificación más alta utilizada por la Agencia Japonesa de Meteorología (JMA), y puede alcanzar ráfagas de viento de hasta 270 kilómetros por hora.