Los infartos que ocurren durante la noche suelen ser menos graves que los que se producen de día, debido a una menor agresividad de los neutrófilos, un tipo de glóbulo blanco, según un estudio del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) de España.
La investigación, liderada por Andrés Hidalgo y publicada en el Journal of Experimental Medicine, demostró que los neutrófilos poseen un reloj circadiano interno que regula su nivel de actividad a lo largo del día, influyendo directamente en el grado de daño que causan al corazón tras un infarto.
El equipo analizó datos de miles de pacientes del Hospital 12 de Octubre de Madrid y confirmó que, durante la noche, la menor actividad inflamatoria de los neutrófilos se asocia con infartos de menor severidad. Por el contrario, durante el día, estas células pierden direccionalidad y generan mayor daño al tejido cardíaco sano.
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Como parte del estudio, los investigadores desarrollaron una estrategia farmacológica experimental para bloquear el reloj molecular de los neutrófilos y mantenerlos en un estado similar al nocturno, reduciendo así su potencial dañino durante un evento cardíaco.
Los autores señalaron que estos hallazgos abren nuevas posibilidades terapéuticas basadas en la cronobiología, con el objetivo de proteger el corazón y otros órganos del daño inflamatorio sin afectar las defensas del sistema inmunológico.





