Evo Morales abordó la noche del lunes un avión militar de México para volar hacia ese país que le concedió asilo político tras su renuncia a la presidencia de Bolivia, donde los militares se unieron a la policía para contener la creciente violencia callejera.
Este hecho fue anunciado por el canciller mexicano Marcelo Ebrard.
La crisis desatada por la renuncia del mandatario el domingo, tras tres semanas de protestas por las cuestionadas elecciones del 20 de octubre en las que el buscaba un cuarto mandato, se profundizó el lunes en medio de la incertidumbre.
Grupos de descontentos desataron la violencia en Cochabamba y El Alto, ciudad vecina de La Paz, donde quemaron unidades policiales, hirieron a uniformados y civiles, y causaron pánico en la población. La policía, desbordada, pidió apoyo a los militares.