Nicaragua tuvo conductas que deben considerarse como “crímenes de lesa humanidad”, denunció este viernes el Grupo Interdisciplinario Especial de Investigación (GIEI) que había sido enviado por la CIDH al país, pero que esta semana fue expulsado por el gobierno de Daniel Ortega.
“Para el GIEI, conforme a la información disponible, se desprende que el Estado de Nicaragua ha llevado a cabo conductas que, de acuerdo con el derecho internacional, deben considerarse crímenes de lesa humanidad, particularmente asesinatos, privación arbitraria de libertad y crimen de persecución”, indicaron los expertos en un informe presentado en Washington.
El miércoles el gobierno de Ortega ordenó el expulsión de las dos misiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) encargadas de investigar la represión de las manifestaciones que comenzaron en abril.
La delegación de expertos se desplazó a Nicaragua para investigar las denuncias de represiones violentas de las protestas que comenzaron en abril.
Los expertos señalaron que desde el inicio de sus labores, el trabajo del Grupo se desarrolló “sin la cooperación del gobierno” y que el hecho de que la violencia haya continuado después de la instalación de los investigadores “representó una seria limitación”.
Las protestas antigubernamentales en Nicaragua -que han dejado unos 320 muertos según grupos humanitarios, y 198 según las autoridades- se iniciaron el 18 de abril contra una fallida reforma del seguro social, y evolucionaron hacia un movimiento para pedir la salida de Ortega, un exguerrillero a quien sus críticos acusan de instalar una dictadura junto con su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo.
Los expertos del GIEI determinaron, con la ayuda de de organizaciones de derechos humanos locales, que “sólo entre el 18 de abril y el 30 de mayo” hubo al menos 109 muertos, más de 1.400 heridos y más de 690 detenidos.
Esta semana, el gobierno de Ortega acusó al Mecanismo Especial para Nicaragua (MESENI) y al GIEI de “injerencia” y “falta de imparcialidad y objetividad”, y los expulsó, por lo que el informe que iba a ser presentado en Managua fue difundido en Washington.