El agricultor Abdel Karim reside al noreste de Siria, menciona que aún no se recupera de la muerte de sus caballos purasangre árabes, asegura que los mismos murieron tras haber bebido en el arroyo contaminado por fugas de petróleo.
En esta región del país en guerra, controlada por los kurdos, los vastos campos petroleros de Rmeilane representan una grave amenaza ecológica, contaminando las fuentes de agua de la zona, y en los últimos cinco años, miles de barriles se han vertido en los ríos de la región, amenazando la salud de los habitantes y el sustento de decenas de pueblos.
En Siria, en guerra desde 2011, los combates han destruido las infraestructuras petroleras, blanco de las codicias de los actores beligerantes, antes del conflicto, la producción de petróleo sirio alcanzaba cerca de 400.000 barriles por día, hoy en día se ha derrumbado.