AFP – Londres, Reino Unido

El presidente iraquí, Barham Saleh, aseguró el miércoles en Londres que no quiere ver a su país arrastrado a un nuevo conflicto en Oriente Medio y que sufra las consecuencias de la tensión entre su vecino iraní y Estados Unidos.

“Hemos tenido cuatro décadas de desafíos y agitación. No queremos vernos envueltos en otra guerra”, afirmó Saleh durante un discurso en el centro de reflexión londinense Chatham House, en el marco de una visita al Reino Unido.

Durante casi 40 años, Irak sufrió una sucesión de conflictos, una década de embargo internacional, una invasión estadounidense y, más recientemente, tres años de ocupación yihadista.

En un momento en que las tensiones son particularmente fuertes entre Washington y Teherán, Saleh se niega a que su país sirva de “campo de batalla por procuración”. “Le pedimos a todo el mundo que se calme… Nosotros no podemos permitirnos otra guerra”.

El presidente iraquí dejó claro asimismo que para ellos es crucial “mantener buenas relaciones con Irán”, al tiempo que “Estados Unidos es un socio importante” para Irak.

“No queremos ser víctimas de un conflicto en Oriente Medio. No hemos terminado la última guerra”, contra el yihadismo, alegó Saleh. Aunque su país se declaró victorioso sobre el grupo del Estado Islámico (IE), el presidente iraquí subrayó que no da esta derrota por sentada y afirmó que su prioridad es la “estabilidad” del país.

Saleh se había reunido el martes con la primera ministra británica Theresa May, quien dijo estar dispuesta a “proporcionar apoyo adicional a las fuerzas de seguridad iraquíes y a los peshmergas” kurdos en respuesta a la amenaza planteada por IE, según un portavoz de Downing Street.