Qamishli (Siria) (AFP) |
Las autoridades kurdas en el noreste de Siria entregaron este jueves a una delegación rusa a 35 huérfanos cuyos padres estaban afiliados al grupo yihadista Estado Islámico (EI), constató un corresponsal de la AFP.
Los menores, niños y niñas de entre 4 y 16 años, según un responsable local kurdo, fueron entregados a la delegación rusa en presencia de periodistas en la ciudad de Qamishli.
Los kurdos, que en marzo de 2019 proclamaron la erradicación del “califato” del grupo EI en Siria, continúan reclamando que se repatrie a las esposas e hijos de los yihadistas.
Los niños rusos que serán repatriados se encontraban en el campo de Al Hol, controlado por los kurdos, en el que viven cerca de 68.000 personas, incluyendo a miles de extranjeros familiares de los yihadistas del EI.
La delegación, liderada por la enviada del presidente ruso para los derechos de los niños, Anna Kuznetsova, estaba acompañada por militares rusos y un equipo de médicos que auscultó a los niños antes de que estos fueran trasladados al aeropuerto de Qamishli en autocar, desde donde debían partir hacia Rusia.
Kuznetsova se congratuló por la “cooperación” con las autoridades kurdas y se comprometió a proseguir con las repatriaciones.
“Estoy segura de que si se hace lo necesario podremos cumplir nuestra misión y todos los niños rusos volverán a casa”, afirmó.
El responsable de las autoridades kurdas para Relaciones Exteriores, Abdel Karim Omar, explicó que los niños fueron sometidos a un examen de ADN para verificar su identidad.
Los kurdos que en los campos de desplazados del noreste, sobre todo en el de Al Hol, viven unos 12.000 extranjeros (4.000 mujeres y 8.000 niños).
Rusia es una de las primeras potencias extranjeras que ha organizado retornos desde Siria y desde Irak. En marzo de 2019, las autoridades kurdas entregaron a tres huérfanos de corta edad oriundos de Oseita del Norte a representantes rusos.
Francia, Bélgica, Alemania y Austria, entre otros países occidentales, se mostraron reacios a la hora de acoger a los yihadistas y a sus familiares, y hasta la fecha ordenaron muy pocas repatriaciones de menores, a menudo, huérfanos.