En un hito histórico para la salud global, los países miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) aprobaron, por consenso, el primer Acuerdo sobre Pandemias tras más de tres años de negociaciones. 

La decisión se tomó durante la 78ª Asamblea Mundial de la Salud, en un esfuerzo conjunto por fortalecer la preparación, prevención y respuesta ante futuras emergencias sanitarias.

El acuerdo, explicado por Pablo González, del departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud, busca corregir los errores operativos evidenciados durante la gestión de la pandemia de COVID-19. 

Entre los aspectos destacados del tratado se encuentran la investigación y desarrollo, producción sostenible, transferencia de tecnología y conocimientos técnicos, así como la participación y distribución equitativa de beneficios.

Uno de los principales objetivos del tratado es garantizar la igualdad de condiciones y el acceso universal a nuevas tecnologías, asegurando que los países con menos recursos puedan beneficiarse de ellas. Según González, esto será posible gracias a las disposiciones del convenio, que también refuerza lo establecido en el Reglamento Sanitario Internacional, aumentando la seguridad sanitaria mundial.

El acuerdo enfatiza que no afecta la soberanía de los Estados, permitiendo que países como Panamá puedan decidir en qué momento y bajo qué condiciones se adhieren o se retiran del convenio, respetando su autonomía.

Una de las innovaciones del tratado es su mecanismo para asegurar un acceso rápido a vacunas, terapias y diagnósticos en caso de emergencias. 

Los fabricantes farmacéuticos que participen en el sistema de acceso a patógenos y distribución de beneficios (PABS) deberán poner a disposición del 20% de su producción en tiempo real productos relacionados con la pandemia, garantizando que estos lleguen en función del riesgo y las necesidades de salud pública, con especial atención a los países en desarrollo.

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, celebró la aprobación del acuerdo como una victoria para la salud pública, la ciencia y la cooperación internacional, asegurando que facilitará una mejor protección ante futuras amenazas sanitarias.

Por su parte, el ministro de Salud de Panamá, Fernando Boyd Galindo, resaltó la importancia del acuerdo en un mundo cada vez más interconectado, donde la movilidad y la globalización exigen un abordaje centrado en las personas y su bienestar, en línea con el concepto de «Una Sola Salud».

De las 181 naciones miembros con derecho a voto, 124, incluyendo Panamá, votaron a favor del tratado. Ahora, tras la aprobación, el acuerdo queda abierto a firma y ratificación en los órganos legislativos nacionales. Se espera que, con al menos 60 ratificaciones, entre ellas la de Panamá, el tratado entre en vigor, marcando un paso importante hacia una respuesta más justa y eficiente frente a futuras pandemias.

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