El presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, que se enfrenta a un impresionante movimiento de protesta en las calles tras su reelección en agosto, prestó juramento este miércoles para un sexto mandato en una ceremonia mantenida en secreto.
Para los opositores y los medios de prensa independientes, esta ceremonia, que debía tener lugar legalmente antes del 9 de octubre, se organizó en secreto para que no se convirtiese en catalizador de una nueva gran manifestación.
Lukashenko enfrenta desde las presidenciales del 9 de agosto un desafío sin precedentes, con decenas de miles de personas cada domingo en las calles de Minsk para denunciar su reelección, considerada fraudulenta, y esto a pesar de la represión de la protesta.