Miles de niños viven en alojamientos provisionales seis meses después del terremoto y el tsunami que golpearon la ciudad indonesia de Palu, informaron el martes organismos de ayuda humanitaria.
La ciudad, situada en el oeste de la isla de Célebes, y sus alrededores fueron devastados a finales de septiembre por un terremoto de magnitud 7,5 y el tsunami consecutivo al sismo.
Más de 4.300 personas murieron, según la agencia nacional de gestión de desastres de Indonesia.
Al menos 170.000 vecinos de Palu y de sus inmediaciones siguen desplazados. Y aunque el día a día va recuperándose en algunas áreas de la ciudad, algunos barrios enteros están en ruinas.
“Seis meses después del desastre estamos extremadamente preocupados con respecto a unos 6.000 niños que todavía viven en alojamientos temporales, como tiendas, así como miles más que siguen viviendo en casas dañadas” por el sismo, dijo Tom Howells de Save the Children.
Salsa, de 10 años, y sus padres han vivido en una tienda de campaña con el suelo sucio desde que las olas se llevaron por delante su casa en Donggala, cerca del epicentro del sismo.
“A menudo cuando dormimos hay muchos ratones”, explica.
La Cruz Roja por su parte dijo que la recuperación está siendo “dolorosamente lenta” y a menudo compleja.
“¿Cómo se puede reconstruir un litoral, una ciudad o una comunidad cuando grandes partes de ello fueron simplemente tragadas por la tierra?”, se preguntó el responsable de la organización en Indonesia, Jan Gelfand.
Además de arrasar decenas de miles de edificios, el sismo y el posterior tsunami destrozaron barcos pesqueros, comercios y sistemas de riego, lo que privó a muchos residentes de tener ingresos.