Dos aviones de las Fuerzas Armadas de Rusia aterrizaron el sábado en el aeropuerto internacional de Maiquetía, que sirve a Caracas, transportando personal militar y equipos, confirmó este domingo la agencia estatal rusa Sputnik.
La misión llega en “cumplimiento” de “contratos de carácter técnico militar”, según el reporte de Sputnik, que cita fuentes de la embajada rusa en Caracas. No ofrece mayores detalles.
Sin embargo, esas fuentes dijeron a la agencia rusa que el arribo de las aeronaves no tiene “nada de misterioso”, pues ocurre en el marco de convenios firmados hace varios años.
Periodistas de la AFP, más temprano, constataron la presencia de un avión con bandera rusa en el aeropuerto, ubicado a unos 40 minutos de la capital venezolana por carretera, con fuerte custodia de contingentes de de la militar Guardia Nacional.
Las autoridades venezolanas, contactadas por la AFP, no hicieron comentarios.
De acuerdo con la prensa local, los aviones militares rusos -un jet y un carguero- trasladaron a Venezuela a un centenar de militares encabezados por el general Vasily Tonkoshkurov, director de movilización del alto mando de las Fuerzas Armadas del país europeo.
El diario El Nacional, publicó que “35 toneladas de materiales” llegaron junto con la misión militar.
Rusia y China, principales acreedores de la deuda externa de Venezuela (estimada en 150.000 millones de dólares), han sido aliados del presidente socialista de Nicolás Maduro en medio de creciente presión internacional para que abandone el poder.
Estados Unidos impuso sanciones financieras contra Venezuela y su estatal petrolera PDVSA; y el 28 de abril entrará en vigencia un embargo de Washington a las exportaciones de crudo venezolanas.
La administración de Donald Trump, que no descarta “una opción militar” ante la crisis venezolana, es uno de los más de 50 gobiernos que reconocen al líder opositor Juan Guaidó, jefe del Parlamento, como presidente encargado de Venezuela.
La colaboración militar entre Caracas y Moscú se ha fortalecido desde el inicio del chavismo, con la compra de equipos y armamento militar.
En diciembre pasado, dos bombarderos TU160, un avión de transporte y otro de pasajeros fueron enviados por Rusia a Venezuela para intervenir en ejercicios de defensa puestos en marcha por la Fuerza Armada venezolana.
Ese despliegue avivó las tensiones de Caracas con Estados Unidos y la vecina Colombia. El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, rechazó entonces los ejercicios, acusando a Moscú y Caracas de ser “dos gobiernos corruptos derrochando fondos públicos y reprimiendo la libertad”.