El portero brasileño Bruno Fernandes, condenado a 20 años y nueve meses de prisión por ordenar el homicidio de su amante, regresó el sábado a los terrenos de juego con su nuevo equipo, el modesto Poços de Caldas.

En julio de este año, el futbolista logró el régimen semiabierto y se radicó con su actual esposa en Varginha, en el estado de Minas Gerais.

El exportero del Flamengo fue contratado por el modesto Poços de Caldas, de la tercera división del estado de Minas Gerais.

Para poder ser presentado en su nuevo club necesitó de una autorización judicial, pues su régimen establece que debe dormir en esa ciudad, a unos 160 kilómetros de Poços de Caldas.