El reportaje ‘El que canta, reza dos veces’ de la periodista Mirtha Rodriguez Mendieta fue seleccionado por jurados internacionales como el mejor trabajo en radio en el XX Premio Nacional de Prensa, que organiza el Forum de Periodistas de Panamá.

Rodríguez explicó que esta investigación se remonta a los años 60, cuando San Miguelito era una comunidad habitada por migrantes del interior del país, que buscaban en la capital mejores días. Con ellos trajeron algunos enseres y su fe, e instrumentos rebosantes de los sonidos que les recordaban con alegría y nostalgia la campiña.

Narra que en Roma, el Vaticano reunido en el Concilio II consideró que estas expresiones espirituales y la cultura popular debían integrarse a las actividades de la Iglesia Católica, y envió a sacerdotes y monjas con recursos financieros a los confines para dar a cada uno la oportunidad de unir la historia.

Las arquidiócesis de Panamá y de Chicago llegaron a un acuerdo para enviar a siete sacerdotes y a cinco monjas con recursos suficientes, y San Miguelito fue elegida, por ser una comunidad humilde, donde los religiosos, además de líderes espirituales, se convertirían en un lazo entre la fe, la expresión y gozo de sus feligreses.

Fue la Iglesia Cristo Redentor de ese especial distrito donde retumbó la homilía con el ritmo de tambores, violines y cajas con el batir de las palmas y la alegría contagiosa de cientos de composiciones de decena de distinguidos folcloristas que rindieron gloria a Dios en los cielos con la música, aquí en la tierra.

Como las alegorías más contagiosas, ese fervor se diseminó y sigue tocando la inspiración de nuestros intérpretes nacionales que hacen su aporte a esta particular expresión de nacionalidad y sentimiento.

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