Nueva York (EFE).- SpaceX, la compañía fundada por Elon Musk, lanzó recientemente su undécimo Starship -el cohete más grande y poderoso jamás construido- desde Starbase, Texas, con el objetivo final de, eventualmente, llevar humanos a la Luna y Marte.
Esta nave, surcó el cielo desde el extremo sur de Texas. El propulsor se desprendió y efectuó una entrada controlada en el Golfo de México, de acuerdo a lo previsto.
Esta es la segunda vez que SpaceX, consigue un hito similar con la Versión 2, modelo que falló en pleno vuelo en tres misiones en 2025.
Solo en la última misión de prueba de agosto, el vehículo logró un aterrizaje limpio.
En esta oportunidad, Starship, alcanzó un aterrizaje preciso en el Océano Índico.
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Los presentadores de la transmisión web de SpaceX, celebraron el evento, señalando que, en esta ocasión, la compañía no esperaba recuperar el vehículo.
Otro de los hitos que obtuvo esta misión, fue reencender con éxito uno de los seis motores de la nave espacial Starship, en pleno vuelo.
A diferencia de otros cohetes, Starship, está diseñado para reutilizarse tras un lanzamiento. Esto significa que SpaceX, en última instancia, quiere traer de regreso a la Tierra tanto el cohete propulsor Super Heavy como la nave espacial Starship después de un vuelo.
SpaceX, confía en que estas pruebas, aceleren el desarrollo de un sistema completamente reutilizable, clave para el contrato que mantiene con la NASA en las misiones Artemis, para llevar de nuevo astronautas a la superficie de la Luna a finales de esta década, y también para sus planes de colonización de Marte.
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