La empresa estadounidense de vehículos con conductor Uber perdió el miércoles un recurso presentado en Reino Unido contra una decisión judicial que había otorgado a sus conductores derechos laborales que incluyen el respeto del salario mínimo nacional y tiempo de vacaciones.

Uber, quien afirma que sus conductores son autónomos, no está sin embargo obligado a aplicar estas regulaciones hasta que no haya agotado todas las apelaciones posible, y aún puede recurrir ante el Tribunal Supremo de Reino Unido.

Este caso es considerado como un hito porque podría tener importantes implicaciones para miles de trabajadores en empresas gestionadas en línea en Reino Unido.

“Uber debería aceptar el veredicto y dejar de tratar de encontrar lagunas que priven a la gente de sus derechos e ingresos ganados con tanto esfuerzo”, afirmó Tim Roache, secretario general del sindicato GMB.

La compañía estadounidense tiene alrededor de 40.000 conductores y 3,5 millones de clientes en Londres.

Sus abogados argumentan que su modelo de funcionamiento, en que Uber actúa como una “agencia” poniendo en contacto a conductores autónomos con pasajeros, ha sido utilizado en el sector de la contratación privada “durante muchos años”.

Esta decisión judicial asestó otro revés a Uber el miércoles después de que la compañía de Transporte de Londres dictara que los vehículos privados de alquiler como Uber y los minitaxis tendrán que pagar las tasas de congestión impuestas para circular en el centro de la capital británica.

La tarifa, de la que antes estaban exentos los vehículos de alquiler privados, es de 11,50 libras diarias (12,8 euros, 15 dólares).