En Nicaragua le brindaron una nueva oportunidad de volver a ser libres a una docena de loras luego de haber sido rescatadas del tráfico ilegal y maltrato, donadas y nacidas en cautiverio.

Al menos cinco jaulas fueron abiertas de forma simultánea, donde finalmente las aves estrenaron su vuelo en área abierta como lo habían practicado en los entrenamientos, ya que por semanas fueron sometidas en un circuito cerrado en forma de “L”.

A cada una de las aves liberadas se les puso un anillo con un chip numerado, que facilitará el reconocimiento del animal en caso de una posible recaptura y así se entablaría una acusación en contra del cazador.