Activistas de Greenpeace establecieron el miércoles una playa artificial frente al Palacio de Planalto, sede de la Presidencia de Brasil, para denunciar la contaminación de varias playas en el noreste del país por manchas de petróleo y exigieron al gobierno un plan de contingencia.

Los 2.000 kilómetros de costa brasileña contaminada por misteriosas manchas de petróleo movilizaron el miércoles a activistas de Greenpeace en Brasilia.

Los manifestantes montaron una playa artificial frente al Palacio de Planalto y denunciaron la cantidad de residuos que no paran de llegar al litoral del país.

Las causas de las manchas de petróleo aún se desconocen y la Marina afirmó que hasta el lunes había recolectado unas 900 toneladas de crudo.

Una de las hipótesis es que la fuga provenga de un “barco petrolero fantasma” que transportaba hidrocarburos clandestinamente, para burlar el embargo impuesto por Estados Unidos a Venezuela.