La población de Israel, el país con el mayor índice de contagio de coronavirus en estas dos últimas semanas, volvió a confinarse este viernes, precisamente cuando se inicia la temporada de las fiestas judías, lo que genera descontento en gran parte de sus habitantes.

La medida coincide con las fiestas de Año Nuevo judío. Las autoridades impusieron la semana pasada un toque de queda a unas 40 ciudades del país, en particular en las ciudades árabes y judías ultra ortodoxas con la esperanza de frenar la propagación del virus.

El jueves por la noche horas antes de la entrada en vigor del confinamiento, el gobierno autorizó finalmente los desplazamientos hasta a un kilómetro del domicilio, contra 500 metros inicialmente.

Los israelíes podrán salir solamente para ir al mercado, a la farmacia o al trabajo, si se trata de una profesión considerada esencial.