Miles de manifestantes desafiaron el estado de emergencia declarado por el Gobierno tailandés luego que en las protestas de este miércoles el convoy de la reina Suthida quedara prácticamente paralizado entre gritos de los asistentes, un desafío inédito en el país.

En desafío al estado de emergencia, que prohíbe reuniones de más de cinco personas, los primeros manifestantes llegaron por la tarde a la concurrida intersección, pero fueron rodeados rápidamente por un cordón policial.

La protesta se galvanizó con la llegada de uno de los líderes estudiantiles que aún no ha sido detenido, el carismático Panupong “Mike” Jadnok, que comenzó a alentar a la muchedumbre y ésta consiguió romper el cordón policial y ocupar el cruce situado cerca del cuartel general de la policía.