Panamá ganó este domingo su segunda corona de la Serie del Caribe de béisbol al derrotar 3×1 a Cuba en la final, en un campeonato que los cubanos habían ganado siempre que se había disputado en tierras panameñas.

Los panameños Toros de Herrera obtuvieron la victoria ante los Leñadores de las Tunas de Cuba, en la final disputada en el estadio Rod Carew, en Ciudad de Panamá, sede del torneo.

“Yo tenía 28 guerreros, muchos peloteros con mucho talento y día a día salían a dar lo mejor de sí dentro del terreno, y yo creo que cuando juegas al béisbol de esa forma tu vas a obtener la victoria”, dijo el mánager de Panamá, Manuel Rodríguez. 

Las anotaciones panameñas fueron de Jilton Calderón y Allen Córdoba, en el primer episodio, y Jonathan Gálvez, en el séptimo, mientras que Alfredo Despaigne descontó en el quinto para la tropa cubana, en un duelo donde la ofensiva canalera se impuso al pitcheo isleño.

Esta es la segunda vez que Panamá gana la Serie del Caribe tras el título obtenido en 1950 en San Juan de Puerto Rico por los panameños Carta Vieja Yankees.

En la final Panamá no esperó para empezar a golpear y anotó sus dos primeras rayitas en el primer episodio. 

Con el abridor cubano Freddy Álvarez en el montículo Jilton Calderón bateó para llegar a segunda base. Posteriormente Allen Córdoba, con un sencillo al jardín izquierdo, volvió a conectar para los locales para la anotación de Calderón. 

Al siguiente turno Córdoba se robó la tercera base para terminar sumando tras impulsada de Elmer Reyes. En el quinto inning Cuba descontó por medio de su mejor hombre en el torneo, Alfredo Despaigne.

En el noveno, el ex grandes ligas de Colorado Rockies, Manny Corpas, salió para cerrar el triunfo, en lo que fue su cuarto salvamento de la Serie.

A la ofensiva destacó el trabajo de Allen Córdoba (.389), con una carrera, una impulsada y un imparable.

El partido fue ganado por Harold Arauz y fue perdido por Freddy Álvarez.

– La ofensiva panameña –

Panamá tuvo durante la clasificatoria el mejor bateo colectivo. La novena canalera realizó 42 inatrapables en 158 turnos al bate, con 25 ponches. En la final, solo conectó seis imparables, pero enfrente estaba el equipo con uno de los mejores pitcheos.  

A lo largo del campeonato destacó a la ofensiva Javier Guerra, de los Padres de San Diego y elegido mejor jugador de la Serie, con cuadrangular, 2 carreras, 7 imparables, 3 dobles y 3 remolcadas en 18 turnos al bate.

“Salimos por la puerta ancha, salimos a divertirnos”, señaló Guerra.  

También han tenido una actuación estelar Córdoba, con 3 anotaciones, 7 hits y 3 impulsadas en también 18 turnos, y el nicaragüense Elmer Reyes, cuadrangular, 3 carreras, 7 incogibles, 2 dobles y 5 impulsadas en 19 turnos al madero.

En la fase regular Panamá terminó líder del grupo B, con tres victorias y una derrota, seguido de República Dominicana y Puerto Rico, que había ganado las dos series anteriores.

En esta 61 edición los panameños ganaron a Puerto Rico en dos ocasiones (8×7, 1×0) y a Dominicana (4×2), aunque con este último equipo también perdió (5×3). 

Mención especial merece también Corpas, con 4 salvamentos, el mayor número del torneo.

– Adiós hegemonía cubana –

La derrota de los cubanos rompe también una estadística. Hasta la fecha las tres veces que Panamá había organizado una Serie (1952, 1956, 1960) el campeón había sido un equipo de la isla: Leones del Habana, en la primera ocasión y Elefantes de Cienfuegos en las otras dos.

Cuba aspiraba a la novena corona tras las conseguidas por Alacranes del Almendares (1949, 1959), Leones del Habana (1952), Elefantes de Cienfuegos (1956, 1960), Tigres de Marianao (1957, 1958) y Vegueros de Pinar del Río (2015).

“Teníamos mucho tiempo que no le ganábamos a Cuba, pero tremendo equipo”, dijo Rodríguez.

“Panamá con Cuba casi nunca podía ganarle y es un respeto de verdad que hay que darles a ellos”, añadió Corpas.

El equipo centroamericano no iba a jugar esta Serie, pero fue invitado repentinamente debido al cambio de Sede. 

El torneo se iba a celebrar en la ciudad venezolana de Barquisimeto, casa de los Cardenales de Lara, pero fue cambiada al país centroamericano a última hora por la crisis que atraviesa Venezuela.