En la barriada de Mathare, una de las más grandes de la capital de Kenia, Nairobi, se estableció un centro para niños con discapacidad que a menudo son marginados por sus comunidades e incluso sus propias familias.

La colorida estructura de paredes cubiertas de animales pintados o personajes de dibujos animados como Winnie Pooh es un verdadero oasis para los niños.

En el centro trabajan fisioterapeutas y auxiliares de enfermería que ayudan a los niños con parálisis cerebral, autismo, sordera, ceguera y trastornos mentales.

“A los niños sordos o ciegos con suficiente motricidad, hemos comenzado a ofrecerles una formación profesional básica como el ganchillo, con la esperanza de algún día poder enseñarles el uso de máquinas de coser”, aseguró una colaboradora del lugar.

Todas las prestaciones son gratuitas y el centro se financia totalmente con donaciones.