Hong Kong se vio sacudido el domingo por nuevos actos de violencia, después de que miles de manifestantes prodemocracia desafiaron la prohibición de protestar con la cara tapada, en unas marchas marcadas por los enfrentamientos con la policía y los actos vandálicos.

La policía recurrió a los gases lacrimógenos para dispersar a la multitud, que se congregó pese a la fuerte lluvia y a que buena parte de las estaciones de metro estuvieran cerradas.

Un taxista recibió una paliza en el barrio de Sham Shui Po tras haber golpeado a dos manifestantes con su vehículo.

Éstas fueron atendidas por dos socorristas voluntarios antes de que llegara la policía, mientras que un grupo de manifestantes destrozó el vehículo.

La jefa del Ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, recurrió el viernes a una ley de emergencia para prohibir que los manifestantes cubran su cara en las protestas.

El domingo, la Justicia de la excolonia británica rechazó el recurso que presentaron diputados prodemocracia hongkoneses contra la medida.